Pasarela de San Lázaro
El diseño de la pasarela de San Lázaro fue el compromiso de hacer algo estético y entre la Confederación Hidrográfica del Norte y la empresa Eyser (a través de Eugenia Calvo). El Proyecto empezó en 1991, pero diversas vicisitudes políticas retrasaron la construcción (incluso con la desaparición de la primera empresa constructora) hasta el año 2011.
En cualquier caso el resultado final es muy satisfactorio porque, aunque la pasarela está en la ciudad de Lugo, comunica ambas márgenes del río Miño en el club fluvial del río.
La pasarela se construyó con dos cables cerrados galvanizados de 97 mm de diámetro, que a través de péndolas situadas cada 2,2 metros permitían suspender unas prelosas prefabricadas, conectadas entre sí con dos barras gewy. Una vez instaladas todas las prelosas se procedía a hormigonar la losa superior del tablero para dar continuidad al conjunto.
Este método constructivo evitó cualquier contaminación del cauce del río. La Confederación además asumió el compromiso de permitirnos cuidar la estética de los acabados de la pasarela, utilizando barandilla de acero inoxidable y cuidando la iluminación de la misma.